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Clínica Veterinaria 3 de Mayo
en Los Realejos

https://www.cv3demayo.es/es/
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Dirección

Calle Doctor Antonio Gonzalez 16, Santa Cruz de Tenerife. C.P. 38416, Los Realejos, Santa Cruz de Tenerife.
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Qué deberías conocer de Clínica Veterinaria 3 de Mayo

Atención veterinaria a perros, gatos, exóticos. Consultas. Vacunaciones. Radiografías. Quirófano. Ecografías. Ingresos. Peluquería.
Peluqueria canina, vacunaciones animales, radiografías para animales, cirugías veterinarias

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  Horarios Apertura Cierre
   Lunes 10:00 20:00
   Martes 10:00 20:00
   Miércoles 10:00 20:00
   Jueves 10:00 20:00
   Viernes 10:00 20:00
   Sábado 10:00 13:00

Opiniones de Clínica Veterinaria 3 de Mayo (2)

tomalo 13/01/2012

Hola,yo soy cliente habitual de esta clínica,hace muchos años q llevo a mis animales alli,y siempre me han tratado muy bien tanto a mi ,como a mis animales,las chicas son encantadoras.En cuanto a lo de la recepción,no se en q clínica ha estado por q no hay recepción sino sala de espera y es bastante acojedora, sobre lo de la bata me parece una tontería,como dice el dicho"El hábito no hace al monje" y claro la verdad es q nunca las he visto con bata blanca,si no con batas de colores muy divertidas........respeto la opinión de este usuario pero me parece q no estamos hablando de la misma clinica,yo seguire llevando mis animales alli,q me ha ido muy bien.Tanto yo ,como mi familia y amigos con animales, los llevamos alli y no tenemos quejas.


star784 16/06/2010

Esta tarde llevé a mi perro de dos meses a esta clínica veterinaria y juré no volver nunca más. Al entrar, el aspecto de la recepción no me dio buena impresión, pero como me enseñaron a no juzgar el libro por su portada, decidí ignorar este detalle. En cuanto a la veterinaria que nos atendió, me sorprendió enormemente el hecho de que no llevaba bata blanca como el personal de la clínica a donde llevaba a mi anterior perro. El hecho es que se limitó a ponerle la vacuna y no le miró la boca, ni las uñas, ni las orejas ni lo pesó. Pero lo peor vino cuando fuimos a ponerle la correa después de que ella hiciera un "ajuste" para hacerla más corta. El perro, asustado, ya que era la primera vez que tenía que usar ese elemento, se resistió sacudiendo la cabeza e intentando morder la correa. En ese momento, la veterinaria comezó a gritarle y lo agarró por la piel de ambos lados de la cabeza (no por la del cuello como hacen las madres) y el animal empezó a chillar. He conviv

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